La República Árabe Saharaui Democrática es un pequeño territorio no autónomo (es decir con un proceso de descolonización incompleto) ubicado en la parte más occidental del Sahara y cuyo pueblo, los saharauis, han vivido, dicen, desde siempre bajo la opresión de los países vecinos, especialmente Marruecos quien actualmente ocupa gran parte de su territorio. Una nación sin estado que nació luego de que la colonia española abandonara el territorio y que desde entonces ha luchado por ser reconocida por la comunidad internacional.
El próximo domingo esta nación africana celebra el 35º aniversario de la constitución del Estado Saharaui. El Espectador habló con el embajador en misión en Colombia, Mujtar Leboihi, sobre los problemas que enfrenta su pueblo, su lucha constante por ser reconocidos y su percepción sobre la ola de cambio en el mundo árabe.
¿De dónde viene el conflicto del Sahara Occidental?
De un proceso de descolonización inconcluso. Todo gira en torno a la celebración de un referendo de autodeterminación, que desde la década de los 60 la ONU le venía exigiendo a España. Ese país accedió a realizarlo a principios de los 70. En esos años murió Franco y España cambió de la dictadura a una democracia y el gobierno de transición no asume la responsabilidad histórica de llevar a cabo una descolonización efectiva.
España deja el territorio y ¿qué pasa?
Marruecos y Mauritania invaden el territorio, uno en el norte y el otro en el sur. Por suerte en el 79, vencemos a Mauritania. Sin embargo, la ocupación de Marruecos sigue hasta el día de hoy gracias al apoyo de nuestro principal enemigo: Francia. Ése país, aprovechando que tiene derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, siempre ha defendido los intereses de la monarquía marroquí.
¿Cuál es el interés de Marruecos y de Francia?
En el Sahara está la segunda reserva de fosfatos más grande del mundo y la tercera reserva de fauna marina con lo que Marruecos tiene actualmente a la Unión Europea callada porque posee un contrato de exploración en nuestras aguas marítimas por más de 500 millones de euros anuales.
¿Cómo ha sido la lucha por ser reconocidos como un estado soberano?
Difícil. Primero tuvimos que enfrentarnos en condiciones difíciles, sin agua y sin la mínima ayuda humanitaria, a tres países. La gente moría por el cólera, por sed, huía a los bombardeos marroquís que fumigaban con napalm y fósforo blanco nuestro territorio y envenenaba pozos. Ahora sigue siendo duro porque Marruecos levantó un muro alambrado, electrificado y minado de 2.000 km que dividió al territorio y a familias enteras.
¿Cómo es la situación de quienes viven en el territorio ocupado por Marruecos?
Allí los saharauis no tienen garantizados los derechos elementales, no se pueden expresar por miedo a terminar presos, sin juicio y ninguna posibilidad de defenderse. Existe una misión de Naciones Unidas en Marruecos, la Minurso, que es casualmente la única en el mundo que no tiene mandato de supervisar los derechos humanos y eso es grave porque a nuestra gente la están matando, desapareciendo o la están apresando. Recuerde lo sucedido en el campamento 'Gdeim Izik' el año pasado, donde 30.000 saharauis se levantaron pero la protesta fue brutalmente reprimida, apresando a más de 600 personas y el número de muertos se desconoce.
El norte de África y en Medio Oriente están viviendo una ola de cambio ¿Cómo ven ustedes eso?
Estas revueltas vienen a demostrar algo que los saharauis venimos diciendo desde hace 35 años: los dictadores y las monarquías absolutas de la región no representan a sus pueblos, estas no son en ninguna medida la garantía para el mundo de hoy.
Si hay un golpe de estado o las revoluciones provocan la salida de Mohammed VI, ¿usted cree que un gobierno democrático los favorecería?
La ola de cambio favorece a los saharauis un 100%. Si en Marruecos hay gobierno democrático que representa los legítimos intereses de su pueblo, nosotros saldríamos beneficiados, no habría ni siquiera que negociar porque los sistemas se vuelven en beneficio de los pueblos y en esa medida la razón y el derecho pasan a ser prioritarios y los intereses mezquinos de una pequeña cúpula corrupta pasarían a segundo plano. Los marroquíes no quieren la invasión del Sahara, el pueblo está perdiendo 3% de su PIB de crecimiento porque mantiene un ejército en esa región.
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